Está claro, basta con darse una vuelta por los distintos blogs o fanzines musicales para encontrar lo que uno busca, para saciar ese hambre que ninguna radio generalista macroeconómica es capaz de mitigar, y es que los valencianos Copo, hacen algo que sin duda no mereces perderte si no quieres padecer de inanición musical.
El pasado mes de septiembre sacaron a la luz su tercer disco titulado "Juegos de invierno", y la reacción no se ha hecho esperar, las críticas esperanzadoras y positivas no han sido pocas, y es que a la primera escucha, uno se da cuenta de que se encuentra ante un trabajo que comienza por la "A" y termina en la "Z".
El disco abre con "La conciencia del perdedor", un tema cautivador, intimista, donde encontramos un hueco para la esperanza y poseedor de final feliz. El segundo corte, "La casa del árbol" se encuentra construida sobre un sólido patrón arquitectónico minimalista pop y fundida con la ilusión y el buen rollo. El siguiente tema "En el centro de la espiral" lo encontramos pintado sobre una base ligera, conservando en todo momento la esencia del disco aunque con una contundencia inusual, tema digno de llevarse el respetable al bolsillo, final de los que me gustan, final que te deja muy arriba. En "A punto de estallar" uno se percata de que la fórmula ha sido aplicada, nadie la conoce, pero contribuye a que el ánimo de un servidor vaya como una montaña rusa que termina en una fiesta necesaria para los tiempos que corren y los que no. Continuamos con "Sácame a bailar", una canción con regusto... que digo, con gustazo musical pop y movimientos espasmódicos. "Los espejos de Tedd" hace que no deje de saltar. Es hora de cerrar, hay que marcharse y nada mejor que "Para cuando no esté", para dejarnos la sensación de haber escuchado una obra completa, algo que no debería quedar olvidado, un disco con principio y final que de buena gana le vuelves a dar una y otra vuelta.
Denominador común?... Me encuentro mejor, mucho mejor.
El pasado mes de septiembre sacaron a la luz su tercer disco titulado "Juegos de invierno", y la reacción no se ha hecho esperar, las críticas esperanzadoras y positivas no han sido pocas, y es que a la primera escucha, uno se da cuenta de que se encuentra ante un trabajo que comienza por la "A" y termina en la "Z".
El disco abre con "La conciencia del perdedor", un tema cautivador, intimista, donde encontramos un hueco para la esperanza y poseedor de final feliz. El segundo corte, "La casa del árbol" se encuentra construida sobre un sólido patrón arquitectónico minimalista pop y fundida con la ilusión y el buen rollo. El siguiente tema "En el centro de la espiral" lo encontramos pintado sobre una base ligera, conservando en todo momento la esencia del disco aunque con una contundencia inusual, tema digno de llevarse el respetable al bolsillo, final de los que me gustan, final que te deja muy arriba. En "A punto de estallar" uno se percata de que la fórmula ha sido aplicada, nadie la conoce, pero contribuye a que el ánimo de un servidor vaya como una montaña rusa que termina en una fiesta necesaria para los tiempos que corren y los que no. Continuamos con "Sácame a bailar", una canción con regusto... que digo, con gustazo musical pop y movimientos espasmódicos. "Los espejos de Tedd" hace que no deje de saltar. Es hora de cerrar, hay que marcharse y nada mejor que "Para cuando no esté", para dejarnos la sensación de haber escuchado una obra completa, algo que no debería quedar olvidado, un disco con principio y final que de buena gana le vuelves a dar una y otra vuelta.
Denominador común?... Me encuentro mejor, mucho mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario