Las canciones que nos gustan, suelen hacerlo por una melodía de voz, unos buenos arreglos, un solo de guitarra o incluso por una única nota tocada en el momento oportuno que nos pone la piel de gallina. Es por eso que si me preguntaran por grandes canciones de los Rolling Stones, nombraría tropecientas setenta y siete antes que esta. Pero si me preguntaran por una obra maestra de ellos, sin duda alguna "Time waits for no one" sería de las primeras en venir a mi cabeza.
Y es que es uno de esos temas redondos, con una sencilla introducción de teclado que da paso a una preciosa melodía con aire nostálgico que casa a la perfección con el mensaje de la canción en la que incluso sobra entender la letra porque el título lo dice todo.
Mensaje que transmite directo a las entrañas un colosal Mick Jagger comenzando con cierto aire triste que culminará en lamento negándose a aceptar que el tiempo tampoco quiere esperarle. En este punto, el tema pasa a convertirse en instrumental, un rock con pinceladas de Jazz donde destacan los teclados amén de la guitarra de Richards y que finaliza con un precioso "crossfade" en el que una simple baqueta nos recordará, en el último aliento de la canción, que el tiempo continúa pasando... deprisa.
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